domingo, 28 de diciembre de 2014

EL CALDERO DE LOS DESEOS



Era se una vez que se era...

un bosque tan espeso como bello. Sus arboles de todas las especies, se alzaban hasta perderse de vista sus copas, las leyendas cuentan que algunos traspasaban las nubes. Los diferentes murmullos de los animales mas pequeños correteaban saltarines junto a los graves sonidos de los animales mas grandes. Los diferentes vientos que soplaban a su antojo mantenían una constante melodía entre el pianissimo in crescendo hasta alcanzar los fortissimos , donde las hojas y todo lo que pudiese ascender del suelo danzaban alegres, pero siempre soplaban en un agradable equilibrio sonoro. Los seres que habitaban este mágico bosque eran del mil y una especie, grandes, pequeños, con pelo, sin el, de color o coleres, de diferentes olores, cada uno con un quehacer distinto pero con un mismo fin, guardar la paz y armonía en el bosque, puesto que era su hogar. Una vez al año se reunían y dejaban sus obligaciones a un lado para ayudar a su ancestral y gran amiga Drydya.
Drydya vivía en el bosque desde que este empezó a nacer, de hecho crecieron juntos pero nadie sabe ni ha sabido nunca cuando sucedió
Era una mezcla entre una druida y una valkiria (bruja nórdica). Pero no..no penséis en alguien aterrador con arrugas en las arrugas y nariz sembrada de verrugas, en Drydya se mezclaba la niñez mas absoluta, dulzura e inocencia convivían en su cuerpecito y en su rostro junto al fuerte almizcle de la sabiduría y la eternidad, solo unas diminutas gafas ponían de manifiesto el paso del tiempo sin tiempo
Vivía en un telurica casa de piedra y madera, que pasaba desapercibida si no se conocía bien la zona. A demás de ser la protectora del bosque y de todo lo que respiraba en el, tenia una misión muy importante que duraba año tras año.
Se acercaba las fiestas de el “YULE” o solsticio de invierno, el bosque se adornaba de hiedra y frutos rojos, invitando a que los días se hiciesen mas largos y a recibir las nuevas semilllas.
En el ultimo día del año , el “MAKYRA” , se celebraba una importante reunión en casa de Drydya donde todos los seres de la tierra y del cielo asistían, y ese día había llegado..

-Buenos días mis queridos amigos, ya estamos aquí otro año mas, a ver que pasa en este que entra por que..ejem ejem..- tosió la pequeña bruja mientras miraba de soslayo un caldero que a penas humeaba en la chimenea.
-¡Esta casi vació! -gritó apenado Murciegullin, un pequeño murcielago que se había asomado al caldero
-Si, lo intento todos los años, pero ya sabéis que no depende de mi-, suspiro Drydya mirando con tristeza su caldero.
-¡Bueno, este año lo volveremos a intentar!- , dijo con enérgico convencimiento. -Ya sabéis lo que tenéis que hacer, Buititu tu irás como siempre a las aldeas mas lejanas.- El pequeño buo se graduó sus grandes ojos y alzo el vuelo con pequeños aleteos mientras silbaba de forma entrecortada a manera de despedida.
-Estrallinia, tu a los poblados mas altos, los que están sobre las cumbres de las montañas- El fulgor de la estrella se hizo mas intenso mostrando así su alegría ya que era la primera vez que participara en esta misión.
-Ratincio tu ya sabes, a colarte por rendijas y recovecos de las casas en la ciudad, recuerda llevar contigo tu lazo mágico para hipnotizar a las gatos.- El ratoncito enderezo su pequeños lazo y dando media vuelta se escabullo por un agujero que había en la pared.
Y así, en un orden casi marcial, todos los seres reunidos fueron a realizar su cometido, ir casa por casa y recoger los deseos que cada persona tenia para el año que estaba a punto de comenzar. Tenían que ser llevados a casa de Drydya donde los depositaba con mucho esmero y cariño en uno de sus calderos, cuando ya estaban todos juntos, la luna sacudía su cabeza esparciendo sobre el caldero su polvo lunar, que casi la hacia desaparecer, mientras la brujita entonaba una especie de canto ceremonial en lengua vernácula conocida solo por los que allí moraban.
Poco a poco empezaron a regresar con los deseos a cuestas, los vertían sobre el caldero mientras Drydya los mezclaba con el polvo lunar sin dejar de remover.
-Bien, ya estáis todos, empecemos pues.- Los participantes se acercaron mas al caldero y sonriendo mientras su emoción crecía y crecía escucharon con fervor el fantástico ceremonial.

-“ HOMBRULLIOS YIO MEJIRES QUOU BONIS DASIUS GORDAIS, NO KI LUSINIAN DOI DOI SE LUS COMENSAIS, YN ORVODIO EI ENTENSIONU TRIFERMEIS, MOY CILDIO VIZOLIO MEI”-. No hay una traducción literal , pero los eruditos cree podría decir algo así : 
“HOMBRES Y MUJERES QUE DE BUENOS DESEOS OS LLENÁIS, SI CON LA ILUSION DIA A DIA NO LOS ALIMENTÁIS, EN OLVIDO E INTENCIÓN LOS CONVERTIRÉIS , Y EL CALDERO VACIÓ ME LO DEJAREIS”.

Se repetía varias veces hasta que todos los deseos estaban mezclados y bien mezclados con el polvo lunar. Por su parte ya estaba todo hecho, ella removería durante todo el año para que no se pegase el interior , pero si cada uno de los propietarios de su deseo no lo volvía a desear con la mima ilusión cada día, si caía en el olvido o al pasar un tiempo dejaba de intentar cumplirlo, este desaparecía del caldero y la persona se olvidaba de el, volviendo la monotonía, la desilusión y el aburrimiento a las casas.
Pero estos seres y su bosque no dejarían de intentarlo nunca, por que seguían creyendo en el ser humano.
Y calderín calderado a desear día a día ilusionados.