Veo la eternidad de nuestro camino,
avanzamos entre pausas de
contemplación,
los sentidos siempre dispuestos al
asombro .
Las risas mezcladas ,se convierten en
cómplices del secreto lenguaje que compartimos .
Las manos nunca se separan y entre
enredaderos juegos ,se avisan para que no nos perdamos nada de lo
que a nuestro alrededor palpita.
Unos niños que por fueran han crecido,
y que nos sonríen desde dentro.
Unos niños que conviven con pequeñas
arrugas a las que acarician mientras juegan.
Unos niños que han aprendido a
escucharse con la mirada...
y con la mirada a hablarse.
Nuestros cuerpos apoyados el uno en el
otro ,es el gesto de la confianza plena.
Es nuestro hogar cada momento que
compartimos,
cada acogedora charla mantenida.,
cada silencio de armonía.
Si el gris quiere atraparnos por
sorpresa, brincamos para asustarlo,
unas veces mas alto que otras, pero
siempre lo espantamos.
No hay protocolos, ni manuales, ni
conformismos ni abnegaciones.
solo el respeto por lo que cada uno es
y la cómplice amistad que nos envuelve.
No hay roles ,
Desdibujamos hasta convertir en
indefinidos trazos los convencionalismos,
para que sintamos en libertad.
Lo que tenga que ser...lo crearemos
nosotros, ese final para la frase nos gusta mas.
No estamos en manos de nada , ni de
nadie.
Nuestras canas...¿llegaran a
acariciarse?...
En ello estamos.
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