Belsi (diminutivo de Belisa ), era una
preciosa niña de largos cabellos negros y serenos ojos rasgados
color aceituna . No era consciente de la grandeza de su persona
porque su timidez se lo impedía . TenÍa una gran pasión, los
libros. Vivía rodeada de ellos, hasta tal punto que no se podía ver
otra cosa en su habitación, todo estaba debajo de montañitas de
libros de diferentes colores, tamaños y encuadernaciones. Podía
leer en cualquier sitio, pero su preferido de los preferidos era un
rincón lleno de flores preciosas que había encontrado por
casualidad , un día en el que envuelta en sus pensamientos llego por
un sendero cubierto de hojas que salía por el lado derecho de la
biblioteca, algo extraño pues nunca se había percatado de él. Sea
como fuere, sus piececitos llegaron al lugar y al momento sintió una
sensación de bienestar , como si ese hogar le perteneciera, si, así
lo sentía, su pequeño hogar. Se sentaba entre las flores , con
cuidado de no hacerlo sobre ninguna, las miraba durante un rato y
abriendo su libro leía y leía hasta el anochecer. Eso llevaba
haciendo mucho tiempo.
Belsi se dispuso ha hacerlo una vez
mas y por un instante notó un leve y suave roce en su tobillo. Miró
sobresalta por si se trataba de algún travieso insecto. Algo se
movió pero no acertó a ver de que se trataba. Dejó el libro y se
miró el tobillo, un aroma delicado se desprendía de él.. Se puso
de rodillas y comenzó a mirar de cerca el suelo, tocando con su
naricilla los pétalos de la flores. Una risita minúscula resonó en
su oreja.
¡Ay!, jijijiji, me haces cosquillas.
Del sobresalto,Belsi cayó de
espaldas. Se frotó los ojos y...
-Con el cuidado que hemos tenido
siempre de que no se diera cuenta y mira, todo este tiempo al garete.
No podía dar crédito a lo que estaba
viendo, unas florecillas tenían las hojas en jarras sobre sus tallos
y miraban a otra flor que agachaba su corola en señal de
arrepentimiento..
-Lo siento...pero es que era tan bonito
lo que estaba leyendo que me dejé llevar por la emoción y un pétalo
cayo rendido y rozó su tobillo.
-Pues ahora seguro que ya no vuelve..¿y
que será de nosotras?..snif snif..no podemos vivir sin su voz, sin
esas preciosas historias ,
Belsi contemplaba la escena sin querer
créesela, pero había leído tanto sobre las maravillas del mundo no
establecido que empezó a sentirse dentro de él, como otra Alicia.
Cuando las flores se dieron cuenta de que una sonrisa las contemplaba
se giraron todas e hicieron una reverencia floral a la niña., a la
que ella respondió.
-Lamentamos haberte asustado,
quisiéramos que siguieses viniendo a leernos, desde que lo haces
estamos mas felices, nuestros colores se han avivado y las fragancias
llegan más allá de este prado.
-Pero ¿cómo podéis oírme?, nunca
leo en voz alta.
Belsi desprendía dulzura por los
cuatro costados, todas las flores suspiraron envueltas en esa
dulzura.
-Podemos oírte por que es la voz de tu
timidez, es una voz especial , insonora para todo ser insensible.
-¿la timidez se puede escuchar?.
-Y sentir,- contestó una amapola de
color rojo intenso, es una suave melodía de emociones escondidas .
La niña se quedo pensando...-La verdad
que nunca lo hubiese imaginado, ya no me siento tan escondida , no
os preocupéis, no dejaré de venir, me gusta mi timidez y me gustáis
vosotras.
El pequeño prado se fue convirtiendo
en un hermoso jardín natural , y de todos los lugares fueron
llegando flores de las mas raras especies, deseando escuchar la
mágica timidez de Belsi.
Y colorín colorado, otra nueva flor ha
llegado.
Qué bonito Inés! Lo leí la primera vez y no lo había vuelto a hacer y me ha emocionado más que la primera vez!! Besos.
ResponderEliminarIsa Delgado.