¡¡TOLÒN TOLÓN TOLÓN!!
¡ BUAAAA BUAAAA BUAAA!!
!! La campana de la iglesia tañó con
alegría a la vez que un llanto de nueva vida llenaba el cielo del
pueblo . La algarabía reinaba en el lugar, vecinos y parientes
pasaban a la casa de la recién nacida para felicitar y colmar de
regalos al nuevo ser. -¡ Que preciosa!.
-Se parece al padre. -Tú crees?, yo le
encuentro más parecido a su madre....
Un sinfín de halagos y bendiciones se
derramaban en el hogar de los Levenn.
-¿Como la llamareis?, preguntó a los
nuevos padres la más anciana del lugar .
Oty y Merly se miraron y al unisono
dijeron “Iris” .
Todo el mundo presa de la alegría y
emoción del acontecimiento ignoraba lo que había estado pasando
desde que el primer llanto de Iris rompió la monotonía de los
perros del lugar y de más allá.
Pluto, Sherpa y Sugar dejaron de
corretear unos detrás de los otros , pararon de repente. Coco que se
entretenía chapoteando en el rio , se espatarro en el agua.
Suspiraron por que como siempre Oreo se
había alejado de ellos en busca de aventura. Caminaron en silencio
oliéndose los unos a los otros, se dirigían al pueblo. Cuando
alcanzaron una ladera cercana a la casa de Iris, encontraron a Oreo
sentado con la mirada fija en una de las ventanas de los Levenn. Ya
estando juntos se lamieron mutuamente y empezaron a ladrar y aullar.
Mientras todo esto sucedía la pequeña Iris había
dejado de llorar al oír los ladridos de los perros, ella no
escuchaba las voces de los que a su alrededor estaban, ni tan
siquiera la de sus padres...solo los sonidos de los perros que a modo
de bienvenida saludaban a la niña. Tanto en ese pueblo como en
muchiiiisimos sitios del mundo los perros habían servido para
guardar la casa atados fuera o con el ganado. Pero ellos empezaron a
desarrollar un sentimiento hacia los humanos que iba más allá de la
pura obediencia y servilismo. Querían sentirse parte de sus familias
intentando invitarles a jugar con ellos, lamerlos para recibir
caricias, introducirse en las casas para acurrucarse junto a sus
dueños.
Pero el humano los había rechazado
categóricamente, solo estaban para guardar y poco más.
La raza peludina se había sentido
tan abandonada y frustrada que decidió vivir a las afueras de los
pueblos, sobreviviendo gracias a su amiga naturaleza.
Los padres de Iris y sus vecinos
empezaban a inquietarse de tanto ladrido repentino,
-¿Pero que es pasa a esos perros,
hacia mucho tiempo que no ladraban con esa intensidad.
-¿No se estarán revelando y quieren
atacarnos por no aceptarlos en nuestras casas?.
Decidieron hacer una reunión
comunal. Una tarde después de que todos terminasen sus labores
incluidos los padres de la pequeña que se la llevaron consigo,
fueron a la plaza para ver que se podía hacer al respecto ya que no
podían dormir con tanto ladrido. Siguiendo el turno de palabra
todos habían dicho algo..pero nada interesante, nada útil..
Llegaron a la conclusión de que
echarían a los perros muy lejos.
Ante tanto desatino y barbarie nadie se
había cerciorado de que los perros habían estado llegando a la
plaza, no solo los del pueblo si no los de los alrededores, los de
otras comarcas.Muchos eran los que se sentaban cerca de los humanos.
Escuchaban mientras sus facciones se iban tornando más tristes, sus
colas caían en el suelo como derrotadas. Un balbuceo risueño se fue
haciendo cada vez más fuerte hasta que todos lo escucharon y dejaron
de hablar.
Iris estiraba sus bracitos hacia
todos lados, sus padres al darse cuenta de que estaban rodeados de
cientos de perros se estremecieron de miedo e intentaron proteger a
la pequeña.
Todos empezaron a tirar piedras y palos
a los pobres animales,les gritaban para ahuyentarlos.
Un llanto más fuerte que cualquier
otro sonido casi ensordece a todos los humanos. Iris lloraba sin
consuelo, ni siquiera su madre pudo acallar el dolor que salia de la
boca de su hija. Ares EL GRANDULLÓN se abalanzó hacia
Iris que de pronto dejo de llorar, cubriendo el pequeño
cuerpecito con el suyo. Presa del
pánico todos se abalanzaron sobre Ares, pero antes de que nadie
llegara una gran rama caía sobre él dejándolo casi sin sentido.
Mientras los humanos habían estado intentando librarse de los perros
el gran Ares había escuchado el crack de la rama que estaba sobre
Iris, solo había querido protegerla.
Ares se retiró muy despacio del
pequeño cuerpecito, se habia quedado dormida.
Poco a poco todos los perrines se
fueron acercando mientras ella entreabría los ojitos. Con sus
pequeñas manitas empezó a tocarlos ., les metía en dedo en la
nariz, en la oreja . Acariciaba las cabecitas. Todas las colas
crearon un remolino de aire con sus movimientos.
Ese remolino estaba cargado de
mensajes invisibles al ojo humano pero que todos los perros del
mundo, todos los animales del mundo pudieron leer. “ ELLA ES
IRIS,CORAZÓN DE PERRO”
Sabían lo que querían decir esas
palabras, esa niña consiguió que los humanos entendiesen y
respetasen a otras razas, empezando por los perros.
Ella enseñó a los humanos que todas
las razas son iguales y que gracias a eso la Naturaleza encontraría
su equilibrio.
Ella cambió el sentimiento humano se
superioridad por empatía.