Caminare sin rumbo, seguiré los
colores de las estaciones.
Me guiare por los olores del viento.
Los animales indicaran con sus huellas
su proximidad, y con sus sonidos la cercanía a la que puedo estar.
En mi bolsa, tan solo el frescor
saciante del rió, las texturas agridulces de los frutos.
Al abrigo de hojas y ramas descansara
mi cuerpo, y mi alma contemplando el universo.